lunes, abril 30, 2007

Los Guevara Guadrón


Después de ocho meses sin verlos, pues al fin pude abrazar de nuevo a mis papás. Luego de un largo viaje y de casi perder el avión en Nueva York, llegaron el domingo en la mañana. Venían cansados, tanto que mi papá se quedaba dormido y comenzaba a roncar donde fuera. Lo otro, es que el frío los tiene medio congelados (sinceramente, después de pasar lo paloma del invierno, yo ya siento tibiecito, pero para ellos que vienen del Sahara salvadoreño pues han de sentir el frijol).

Hasta ahora, todo ha salido bien. Nos llevaron a pasear esta tarde a la bahía de Mourlough y al pueblo de Cushendum, a una media hora de Ballycastle. Les gusto bastante, más al contemplar las montañas de Escocia e Inglaterra, que se alcanzan a ver en un día claro y soleado, tal y como hizo hoy. Mi papá está encantado con la idea de ir en ferry, ya vamos a ver si alcanza el tiempo y el dinero.

Con la comida no ha sido tan traumático. Mi papá está que la leche sin Café Listo no le gusta, que a el le gusta hirviendo, que aquí, que allá, pero eso es normal en él y, por suerte, la fruta le ha gustado, especialmente un tipo de mandarinas pequeñas llamadas “clementines”. No le gusto el yogurt y tuvimos que cocinar la hamburguesa un gran tiempo porque decía que la carne estaba cruda. Pero hoy fui a saquear la refri de Corrymeela y les dejé la casa bien surtida para que ellos se preparan la comida a su gusto. Mi mama si suele pasar la comida sin tanta objección y está bien.
Les ha gustado Irlanda y el lugar donde trabajo, lo único que no les parece que dicen que estoy muy delgado y que me corte el pelo. Las dos cosas, para su tristeza, no van a pasar.

Bueno, de ese primer viaje no hice fotos porque de menso dejé la tarjeta de la cámara. Suerte que Jason y Niki se ofrecieron a tomarme algunas fotos, también tome con la cámara de Rhina (pero no las pudimos descargar). En la primera foto mis papás están en Mourlough, mientras que en las últimas dos estamos en Cushendum, salgo con la camiseta típica de Guatemala que me mandó la Niña Vicky y que ha sido la fascinación de Niki y Ochanya.

sábado, abril 28, 2007

Tollymore, la puerta a Cair Paravel


Justo donde el Gran Río depositaba sus aguas en el Mar Oriental, se levantaba un majestuoso castillo blanco construido por el rey Frank y la reina Elena durante la edad dorada y dotado con cuatro tronos desde los que se contemplaban todo el horizonte... así era el castillo de Cair Paravel, la capital de Narnia, el gran reino mágico inventado por C.S. Lewis.

Tollymore es uno de los parajes naturales más bellos de Irlanda del Norte y sirve de antesala para las montañas de Mourne, que fueron la inspiración de C.S. Lewis para describir Narnia. Fue propiedad de Robert Jocelyn, conde de Roden, y al final adquirida por el estado británico.

Ubicado cerca de la frontera con Irlanda y al borde del tranquilo pueblo de Newscastle, Tollymore fue la primera reserva natural creada en este país, en 1955, y abarca un área de 500 manzanas de bosques de pinos y cipreses.

Tollymore nos sirvió a Jason, Niki y a mí de base para acampar con vistas a escalar Slieve Donard, el pico más alto, y, de paso, relajarnos caminando por sus famosas veredas, que terminan en una espléndida vista a Newscastle.

La pareja, ellos son esposos, y originarios de Canadá, son los únicos voluntarios interesados en caminatas, montañismo y la naturaleza, por lo que fueron la compañía ideal para el viaje. Es más, ellos trabajaron en un campamento en Saskatchewa, uno de los estados en el noreste de su país, conocido por sus interminables bosques y el enorme número de osos que habitan en ellos.



Ellos tienen todo su equipo listo para acampar, con una pequeña tienda de campaña que arman en menos de 5 minutos y unas bolsas de dormir térmicas. Yo me robé el equipo de Corrymeela, una tienda de campaña para 4 personas, que fue la más pequeña que hallé, pero que pesaba una madre, y una bolsa de dormir que fue un dolor de cabeza porque era bien grande y se salía del bolsón. Pero me sirvieron un montón.

Tollymore está cruzado por el pequeño Río Shimma, que nace en el corazón de Mourne (vimos cómo nacía el río, alimentado por varios minúsculos nacimientos que al final se unían en el fondo de un precipicio y seguían ese curso hasta morir en las aguas de la bahía de Newscastle), y cuenta con varios antiguos puentes de piedra, construidos hace unos 200 años.

La entrada al parque es conocida como la Avenida de los Cedros, por los frondosos y majestuosos cedros himalayos sembrados hace 50 años. Sinceramente, eran unos árboles maravillosos, que adoptaban maravillosas formas.


viernes, abril 27, 2007

8 meses


No, no tengo 8 meses de preñado aunque por la panza tal vez más de alguno piense eso. Tengo ya 8 meses de estar acá, por lo que legalmente sólo me quedan 4 meses para terminar el programa y, posiblemente, unas dos semanas más que me quedaría para intentar conocer un poquito más de Europa.

Mis papás vienen en dos días. Siguen yéndome a ver donde el destino me lleve, porque estuvieron conmigo en México, en el 2001, cuando estaba estudiando en la Iberoamericana. Iremos, si todo sale bien, a París y Roma.

Bueno, los dejo con la foto que me tomó Ciaran, el esposo de Rhina, frente a un pub en Derry. Fue mi última foto greñudo, pues Niki me cortó el pelo hace una semana.

martes, abril 24, 2007

Publicista de Ballycastle

Este video fue hecho por Moyle’s Council, con soporte de la Unión Europea, para promocionar la actividad turística de Ballycastle, el pueblo donde vivo y uno de los sitios veraniegos en la costa norte de Irlanda.

David QuinneyMee me contactó un día y me pidió fotografías. Le envié unas cinco, si no me equivoco, y después me enteré que dos de mis imagines fueron utilizadas para el comercial: son las últimas dos, las de la ruinas (es la antigua abadía de Bonamargie Friary) y el atardecer con la isla de Rathlin al fondo.

Así que como ven, mi trabajo como publicista en APEX ha seguido hasta en estos lados del mundo.

domingo, abril 22, 2007

Pericos... 10 años ya!!!

Qué ondas a todos? Dado que me encuentro hasta el quinto sobaco del mono y regreso hasta finales de septiembre, pues estaba desde hace ratos con las ganas de saber si había alguien que ha tomado la batuta de comenzar los preparativos para una reunión digna de celebrar el décimo aniversario que salimos del colegio. Sinceramente, ya no me acuerdo de la fecha exacta, pero deduzco después de varios cálculos matemáticos, astronómicos, físico cuánticos y conexos que fue por noviembre.

Yo creo que hay dos vías: Una, la más sencilla, es ponernos de acuerdo en un lugar en común para reunirnos a comer, beber y parlar y que cada quien pague lo que se harte. Lo único que creo que tiene que ser un poquito mejor que solo mandar un e-mail y a ver quién carajos llega, porque siempre son los mismos. Y no es que tenga algo en contra de eso, porque siempre se pasa muy bien, sino que siempre queda un hueco en el corazón de saber de los otros, qué se han hecho, cómo le va, por qué no llego.

Hay tanta gente que no he visto desde que salimos y bueno, uno siempre se alegra de ver una cara conocida (eso lo he aprendido a valorar mas desde que estoy acá). Así de que sería oírlo decir: "Va pues, cabrón/a, ahí nos vemos sin falta. Le voy a meter una pastilla al bichito/a y ya voy a ver con qué pajas le salgo al marisco/azote/candado/múcura, pero de que llego, llego".

Dos, pues la más complicada, es armar un patín como Dios y los santos mandan. Una onda paloma, así como que es feria de pueblo. Invitar a aquellos personajes como Chirajito, Pizarrín,... puta, no eran esos personajes, sino aquella mara que de alguna u otra forma estuvo con nosotros en ese camino verde: profesores, jesuitas, la Blanqui, el Chelato... a quien quiera pues. LLevar fotos de antaño y pegarlas en un mural, no sé, podemos hacer algo memorable. Hay que hacer una parrillada, reservar un lugar, pagar un su combo de esos de El Trovador, comprar los respectivos barriles de birria, el vergo de churritos Diana y todo lo tipico que la ocasion amerita.

Pues solo eso les quería decir desde hace ratos. Me ofrecería con gusto pero un océano de por medio me impide colaborar mucho, pero... pues desde aca meto mano.

martes, abril 17, 2007

Fair Head, señor del vértigo

La primera imagen de Ballycastle que me quedó grabada en la mente, cuando recién acababa de venir, fue la silueta del gigantesco acantilado de Fair Head, ubicado a 5 kilómetros de la ciudad pero visible desde todo el área de la bahía.

Fair Head es una colosal pared de piedra, casi vertical, que se levanta a 196 metros sobre el nivel del mar. Fue conocido en el tiempo de los celtas como Beinn Bhán, o el Acantilado Blanco, quienes construyeron un crannog en un pequeño lago ubicado justo en medio de la cima. Los crannog eran plataformas de madera construidas sobre pequeñas islas y que servían para defensa de una ciudad, almacenamiento de comida o como base de pesca.

Uno de mis primeras caminatas por la zona, acompañado de Jason, el voluntario de Canadá, fue precisamente a la cima de Fair Head, pero ese día no cargaba la cámara porque estaba lloviendo y nunca volví a ir, por lo que no tenía fotos del lugar. Esa vez utilizamos la ruta tradicional, caminando la mayor parte del tiempo por una calle. Luego, fue casi 1 hora por una pequeña estepa completamente empantanada (lo que fue el detonante para que llegara a la sabia conclusión que ahuevo acá si que llueve y a las más sabia resolución de comprarme unas botas waterproof).

Hace un par de semanas oí a Jason comentando con Kai, el voluntario de Alemania, que habían llegado a la cima por otro vía distinta a la tradicional: siguiendo una pequeña vereda por los riscos junto al mar y de ahí subiendo hasta llegar a los más alto. Yo ya había visto esa vereda cuando mis andanzas me llevaban cerca de Marconi’s Cottage, pero la chambrosa de la Jannete me había dicho que el pequeño camino sólo llevaba un par de metros más y que luego desaparecía.

En algo tenía la razón Jannete: la vereda desaparece en muchos tramos, pero si uno se ubica y sigue los instintos se puede avanzar.





La vereda ahora es muy utilizada porque Fair Head se ha transformado, desde 1960, cuando fue conquistado por primera vez, en uno de los sitios favoritos por los escaladores a rapel de Irlanda. Ahora, se han ubicado las rutas de ascenso de verticales o “crag”, en el idioma de los alpinistas. El más alto es una pared de 100 metros exactos de altura y el más pequeño sólo alcanza los 20. Los crags más famosos de Irlanda, y también ubicados entre los mejores de Europa, son Slieve League, con 601 metros, y Moher, con 217.

Esta mañana me tocaba entrar tarde a trabajar y desde hace días me venía picando la idea. Me levanté temprano, me pusé las correspondientes botas , cámara al hombro y vamos a caminar. Tardé dos horas en llegar a la base más próxima de Fair Head, después de apreciar una catarata y una mina de carbón que no sabía de su existencia y de ver varios restos de ovejas y cabras que murieron al caer en el precipicio.

Al final, logré alcanzar la base de los pequeños crag de Fair Head, pero como estaba solo me dio un poco de temor de aventurarme más y llegar a los peñascos más altos. Aunque logré identificar el sendero que lleva a ellos. La otra semana, martes para ser exactos, hemos dispuesto con Kai caminar hasta las paredes más altas, rodearlas y llegar hasta la bahía de Mourlagh, uno de los sitios mas bellos en las costas de Irlanda. En total, son 3 horas en una sola dirección. Será el entramiento para cuando nos aventuremos a caminar desde la bahía de Whitepark, atravesando Dunsverick y llegando hasta Giant’s Causeway, una caminada de entre 5 y 6 horas.

Mi aventura y la de Jason han motivado para que los demás estén interesados en la caminata. Tal vez el próximo mes Hanna, Jason, Niki, Ochanya, Daniel, Kai, Robert y yo nos aventuremos. Ahí les cuento si pasa.



sábado, abril 14, 2007

God's Love on tour 2007


Normalmente, no escribo sobre los grupos con los que he trabajado, a pesar de que algunos han sido especiales. Aún recuerdo mi primer grupo, una escuela de Liverpool. Era mi primer contacto con niños desde hacía mucho tiempo, tal vez desde que íbamos con mi padrino Estrella y la Pastoral del Externado a trabajar los sábados al orfanato de la Divina Providencia en Santa Tecla. Me marcó que al final de la semana toda la pelota de niños andaba detrás de mí y ya ni caso le hacían a los maestros. Y eso que no hablaba inglés en ese tiempo. Recuerdo con cariño también a un grupo familiar llamado la Iglesia del Buen Pastor, con sede en Belfast. La mayoría de ellos eran gente adulta y me trataron toda esa semana como su nieto. También un grupo de jóvenes de Buncrana, una ciudad ubicada en la República, que hasta me trabaron un apodo que aún lo conservo acá: “Salvy”.

Pero estoy seguro que con el grupo que más me he identificado es con Agape Singers, un coro de jóvenes estadounidenses de Detroit, Michigan. Ellos tenían una gira de 5 conciertos por Irlanda, a la que le llamaron “God’s Love On Tour 2007” y aprovecharon para pasar una semana en Irlanda del Norte y recibir acá un curso sobre la violencia religiosa, los problemas de sectarismo entre católicos y protestantes y un poco de historia irlandesa.




Junto con Niki, la voluntaria de Canadá, y David, el encargado de programas, éramos los responsables de darles el curso y asistirlos en su estadía acá. Al principio era un grupo como tantos otros con los que he estado. Tal vez porque venían de cruzar el océano y estaban cansados, me parecieron un grupo bastante apagado. Pero mi percepción cambió rápido en los otros días.

El grupo está conformado por 23 jóvenes, la mayoría entre los 16 y los 18 años, pero algunos bastantes “pequeños” de 14 años (pongo pequeños entre comillas porque los más jóvenes eran gigantescos, yo no sé que cereal comieron pero eran mucho más altos que yo) y venían acompañados por nueve adultos, entre ellos George Portice, reverendo de la Universidad Presbiteriana de Michigan y excelente persona.

Aunque son un coro de iglesia y toda su música se basa en música religiosa (ustedes saben que no soy mucho de eso), me gustó bastante. Fui al concierto de ellos en la Iglesia de Cregah, en el este de Belfast, y pasé bastante entretenido las dos horas que duró. Ellos cantan de todo. Desde la tradicional música de coro, pasando por El Señor de los Anillos y cantos de los nativos americanos. Incluso hay una parte que la hacen silbando y otra que parece parte de aquella música de cuartertos. En realidad, son muy buenos artistas

Creo que la cercanía con el grupo comenzó porque muchos de ellos estaban aprendiendo español y estaban encantados de hablar conmigo y practicar. Entre ellos Marianne, Tom y Jessica. Aunque con la que más hablé e hice más amistad fue con Jessica. Ella es originaria de Eslovaquia, aparte de cantante y atleta es súper buena gente y piensa estudiar en España. Marianne, quien luce como una adolescente, es ministra de la iglesia presbiteriana.

Pero también me hice amigo rápidamente de Danielle (monkey girl), Andrea, Chris, Michael, Sarah y Alicia. La última es la mejor cantante del grupo, tiene una voz paloma, me recordó mucho a la voz de la finlandesa Tarja Turunen, vocalista de NightWish, uno de mis grupos favoritos.

Con Alicia y Andrea caminamos por las calles de Cregah, mientras me explicaban cómo es la vida en Detroit y cómo dependen de la industria del automóvil. Andrea es descendiente de una tribu americana nativa, a pesar de su apellido alemán. Mientras que con Alicia compartimos su cumpleaños y le hicimos una mini fiesta sorpresa, con cake y todo durante una fogota que tuvimos afuera del centro. Me encantas las fogotas, la unico malo es que se queda con una gran patada a humo que dura como una semana.


Con el grupo fuimos al Parque Natural de Glenariff (del cual les hablo en otro post más abajo), a la Calzada del Gigante y al puente colgante de Carrick-A-Fergus; recorrimos los murales de Belfast, ahí la mayoría escribió mensajes de paz en el muro que divide los barrios católicos y protestantes; y fuimos de compras a Castle Court.

Espero verlos otra vez algún día. Tal vez se animen a visitar El Salvador o tal vez yo me anime a ir a Detroit; o tal vez alguno de ellos, como Jessica, estudie en Europa y los pueda ver.

viernes, abril 13, 2007

De donde se da sobrada y certera cuenta de las bondades del cacao

Ciertamente, los pasteles de chocolate son los mejores del mundo por varias razones: primero, porque uno puede chuparse uno por uno todos los dedos de la mano para no desperdiciar nada y los dedos quedan limpios y relucientes, listos para volver agarrar una segunda, una tercera e incluso una cuarta porción. Eso no se puede hacer, por ejemplo, con los pasteles de caramelo, porque uno siempre queda pegajoso y sucio e, incluso, muchos estudiosos y científicos han asegurado después de varios años de arduos experimentos que ya la segunda porción no sabe igual por la misma causa, y ni pensar en una tercera o cuarta rebanada; segundo, uno puede reírse a carcajadas de los demás cuando quedan con la boca y la cara llenas de migajitas de pastel de chocolate, y lucen como esos payasitos de los circos pobres que viajan de pueblo en pueblo llevando alegría y que se pintan con pasta para lustrar zapatos porque no tienen dinero para nada más. Entonces una sabe que hay que reírse a carcajadas porque es mejor eso a ponerse a llorar junto a ellos. Y hasta el momento no hay ningún caso documentado en los libros de historia moderna de alguna persona que se le haya ocurrido reírse cuando su amigo queda con la boca llena de pastel de cereza. Y es que sería de mal gusto burlarse de una boca colorada, que más parecería que acaba de caerse y romperse todos los dientes a una que hubiera finalizado de saborear un delicioso postre; tercero, porque uno puede sumergir un pedazo de pastel de chocalate en una taza de leche o café caliente y nadie se molesta que la leche se torne de color café y sepa y huela a chocalate. Pero a quién se le ha ocurrido mojar un pedazo de pie de limón en leche? Pues a nadie claro, sencillamente porque a nadie le gusta la leche de color verde pálido y que tenga sabor ácido; cuarto, uno siempre recibe con agrado un abrazo o un beso de alguien que huela a chocolate. Cosa imposible con el pastel de zanahoria. Aunque una vez, un viejo contó la historia de un hombre a quien le gustaba recibir abrazos y besos con sabor y olor a ese vegetal, aunque tiempo después fue internado en un hospital para locos cuando fue hallado saltando en la calle, moviendo la cola y viviendo en una madriguera que el mismo había cavado en el patio de su casa. Aparte de que se descubrió que tenía más de veinte esposas y casi cien hijos; quinto, si uno se ensucia la ropa, uno puede mentir o dar una excusa y nadie tiene que saber que se manchó comiendo un pastel de chocolate. Por ejemplo, uno puede decir que se ensució jugando con los niños en el jardín y todo mundo le va creer e incluso lo van a querer más y van a decir en voz alta: “Ahí va Fulano, es un buen padre, o ahí va Sutana, es una buena madre, porque siempre juega con sus hijos en el jardín”. Pero se imaginan si se manchan con un pastel de Frambuesa, con ese horrible color rojo obscuro. Uno puede decir que se cayó y que está herido, pero armaría un alboroto en su casa y terminaría en el hospital y tendría que admitir frente a un afligido doctor, que no encuentra donde está la herida, de que se manchó la ropa comiendo postre. Entonces, todo mundo lo tendría por mentiroso y dirían en voz alta: “Ahí va Fulano, no le crean nada porque siempre está inventando cosas, o ahí va Sutana, es una mala mujer y mentirosa, además que ni comer puede”.

Glenariff, rey de los antiguos glaciales

A pesar de que está sólo a media hora de camino, no había visitado los Glens de Antrim, una de las atracciones naturales de Irlanda. En total, hay nueve glens en el país, el más famoso y el más extenso de ellos es Glenariff, ubicado cerca del pueblo de Cushendum.

Sinceramente, yo no sabía lo que es un Glen y a pesar de que busqué una definición clara en español y una traducción a la palabra no la hallé por ningún lado. Lo más que puedo explicarles es que un Glens es un valle en forma de herradura, en medio de dos montañas, surcado por muchos ríos y que fue un antiguo glacial. Escocia, Estados Unidos, Canadá, Australia e Irlanda son los países que cuentan con más glens.

Glenariff es un lugar relajante, me recordó mucho al clima del bosque de Montecristo pero con la abundancia de riachuelos que se encuentran en El Imposible. Las mayores atracciones del parque son las pequeñas cataratas y rápidos del río Inver.

Se puede recordar todo lo largo del río a través de un sendero construido especialmente para admirar las cataratas, la mayor de ellas de unos 15 metros de altura. Al final del sendero, se llega a la cima de una colina donde se pueden admirar unas montañas blancas, parecía que acababa de nevar, (hasta ahorita que estoy escribiendo esto caigo en la cuenta que se me olvidó preguntar cómo se llamaban. Bueeeno) que fueron esculpidas por el glacial durante la Edad de Hielo.




miércoles, abril 11, 2007

Entre dos tierras

Me acordé de esa canción de Los Héroes del Silencio cuando tomé esta foto. No sé, en mi imaginaria locura se me hace que es el Peñón de Gibraltar casi uniéndose con la costa norte de Marruecos; o la entrada al Mar Negro en Turquía; o el paso de Beiring entre Alaska y la península Kamchatka, en Rusia.

lunes, abril 09, 2007

Saga de fotos palomáticas III

Acá pongo otra fotografía que tomé la semana pasada, siempre en el área de la bahía de Ballycastle, en el mar de Moyle. Ya veo que el aburrimiento y andar con una cámara al hombro dan sus frutos de vez en cuando.

P.D. No retoqué el color de la fotografía en Photoshop. No sé que diablos le estaba trasteando a la cámara en ese momento y salió de ese color. Me gustó. Aunque me quedó un poquito pixeleada.

domingo, abril 08, 2007

Viernes Santo

Me saqué la espinita de hacer algo para Semana Santa. Y me refiero a lo religioso. Aunque como bien saben que me vale madre la iglesia y que sólo arrastrado me llevan a misa, en el fondo soy una persona con mucha fe y esperanza en el Colocho y en Dios.

Bueno, no sé quién había hecho un PowerPoint con las estaciones de Jesucristo hacia el Gólgota. Lo iban a presentar en el culto de la noche, al que habían invitado a varias personas, pero la pinche presentación no funcionaba y el David Price andaba que no sabía qué hacer. Me ofrecí a hacerlo pero con una condición: si me dejaba la libertad de hacerlo a mi estilo. Esta es mi “alfombra” para el Viernes Santo. Son las estaciones de Jesucristo, su mismo sufrimiento, pero en el mundo moderno, en nuestro mundo.

Denle clic a la imagen para descargarlo. Tal vez se tarde un poco porque es algo pesado (7 MB), pero les aseguro que les va gustar o, por lo menos, mover algo en el corazón.

La costa mágica de Ballintoy


Aprovechando mi fin de semana libre me fui a Ballintoy, el pequeño pueblo de donde es Daniel, otro de los voluntarios, y que quedará a una media hora de donde vivo.

Decirle pueblo a Ballintoy es mucho. Si estuviera allá en El Salvador llevaría el pragmático y pomposo nombre de caserío, porque eso es lo que es: un puñado de casas semi-juntas que a lo que más llegan (exagerando por mucho) es a una mil personas. Yo creo que El Chaperno, el caserío que queda en el pueblo donde nació mi papá tiene más de urbe y cosmopolita que acá.



Como toda Irlanda, Ballintoy está rodeado de campos para pastorear ovejas. Estuve un rato con ellas tratando de tomarles fotos a los corderos, que por estas épocas después de invierno es que nacen y que ya me tienen chino con sus balidos. Pero es difícil, las ovejas son unas cobardes de primera y salen huyendo en estampida cuando medio te le acercás.

Bueno, escogí Ballintoy para descansar precisamente por eso: por la tranquilo: Los tres días me levanté casi al mediodía y sólo para pegarme unas grandes hartadas que tenía lista la mamá de Daniel, cuyo hobbie es cocinar, cosa a la cual no me opuse. El papá de Daniel es el típico irlandés, orgulloso de su patria y siempre con un vaso de whiskey en la mano.

Yo creo que con el maistro castigué más al hígado que cuando vino Taura. El secreto del maistrillo para resistir un montón es ponerle un poquito de leche al whiskey. Así se le mata el talegazo. Taura, apuntá el tip de la semana.



Lo otro famoso de Ballintoy son sus playas y su costa. Es una cosa impresionante, que no tenemos en el país. Comienza en la costa de Whitebay, donde todas las piedras y los acantilados son blanquísimos, y repleto de pequeñas cavernas. Cerca de ahí, está la bahía de Carrick-A-Fergus, donde está el puente colgante del que les hablaba en mis primeros días acá.

Se puede caminar a lo largo de los acantilados y pasar por una serie de rocas con formaciones súper raras, formando arcos o siluetas de animales, a la par de una montaña donde vimos infinidad de conejos y hasta un zorro (y no me refiero a Canseco) y terminar en la tranquila playa de PortBrannon.