lunes, mayo 28, 2007

El círculo de la vida

Nunca me imaginé tener una experiencia parecida. Durante este fin de semana, mientras trabajaba con mi grupo, uno de los asistentes sufrió un paro cardíaco y murió unas horas más tarde. Tuvimos un par de conversaciones nada más, una fue unas horas antes de que sufriera el colapso. Hablamos un poco de teología, él había sido sacerdote católico y tenía vasta experiencia en el tema, y sobre lo difícil que era su acento, una mezcla de la fuerte pronunciación irlandesa y neozelandesa. Me preguntó de El Salvador, de la guerra y de Romero.

Como repito, no lo conocía, pero me impactó ver la fragilidad de la vida humana. Creo que lo importante de esa experiencia es tratar de no desperdiciar de ahora en adelante el tiempo discutiendo en vano o peleando con la gente cuando no es absolutamente necesario. Porqué ponngo que es el círculo de la vida? Porque hace nueve meses nació Simeon, el bebé de Kai y Helen en este mismo lugar, y en una semana comienza una nueva vida para Ciaran y Rhina, mis amigos, que van a tener su boda religiosa en la capilla.

viernes, mayo 25, 2007

Milán, campeón!!!

No soy rosseneri, incluso en el calcio me gusta más la Juventus aunque ahora esté en la segunda división. Quería que Francia ganara la final contra Italia, no creo que Kaká sea el mejor del mundo y me daba igual si se llevan a Shevchenko y lo cambiaban por el gordo de Ronaldo. En resumen, nunca he sido Milán. Y a los únicos que admiro en ese equipo es a dos veteranos, pero grandes jugadores: Paolo Maldini y Cafú. Y ya puedo decir con orgullo que los vi jugar.

El Milán ganó la Liga de Campeones este año. Yo los vi jugar en Glasgow, un par de meses atrás, cuando dejaron en el camino al Celtic. Puedo decir que vi al campeón jugar.

P.D. Esta semana, cuando veía el partido en un pub en Cushendull con mi coordinador, se me vino a la cabeza los Buenos momentos que he pasado siempre ese día con Canseco, Taura, la Fiera, la Rata, Benja, Emerson… un saludo desde acá

lunes, mayo 21, 2007

Jesuschrist Shopping Center

Es el estado soberano más pequeño del mundo, menos de medio kilómetro cuadrado, pero es una superpotencia religiosa, económica, cultural; y, dependiendo de quien la gobierne, política.

No me voy a poner a citar versículos de la Biblia y mencionar donde Jesús expulsa a los mercaderes del templo, es demasiado trillado; pero no hace falta tener tres dedos de frente para preguntarse cómo alguien tan humilde como un pobre carpintero de un miserable país, que proclamaba a diestra y siniestra que Dios era para los que tenían nada y que detestaba las señales de grandeza, se convirtiera en algo tan megalómano como lo es el Vaticano.

Pero el Vaticano, y su grandeza, no fueron hechos en tan sólo siete días como usó Dios para formar el mundo, ni mucho menos en tres, que fue los que ocupó el Colocho para resucitar. Nuestra santa madre iglesia comenzó a gestarse, tal y como es ahora, en el año 313, cuando el emperador Constantino El Grande se convierte al cristianismo después de haber ganado una cruenta guerra civil en contra de su familiar Majencio, quien también aspiraba al máximo trono. Como en cosas de hombres, Costantino no comenzó a creer en Cristo por inspiración divina, sino influenciado por su madre Ursula (ahora Santa Ursula), quien era muy mística, es decir, en pocas palabras, creía en cualquier pendejada. Y en aquellos momentos Cristo era un nuevo movimiento, otros dios más, novedoso y en moda, y Ursula simplemente empezó a creer en él.

Lo que si es cierto es que Constantino comenzó a edificar numeros templos cristianos, hizo de la nueva religión la fe oficial del imperio, aunque no por eso dejó de creer en otros dioses paganos. Entre uno de los templos que edificó el emperador se encuentra la Basílica de San Pedro, construida en el lugar donde supuestamente se asienta la tumba del apóstol querido de Jesús.

En 1939, y con toda pompa, el papa Pio XII anunciaba el descubrimiento de la tumba de San Pedro basándose en que se había encontrado una necrópolis del siglo II debajo de las criptas vaticanas (tal como decía la tradición oral) y, especialmente, un rótulo que decía “Petrus eni” o “Pedro está acá”. Los huesos no fueron hallados, hasta años después, pero el hallazgo fue publicitado en el momento.

La famosa arqueóloga italiana, Margherita Guarducci, fue la encargada de proseguir los estudios del “Vecchio Robusto”, como se le conoce a San Pedro en la tradición oral italiana, debido a la creencia de que era de complexión robusta. En 1964, Guarducci publicó los resultados de su investigación, un escándalo científico hasta el día de hoy, en los que se aseguraba haber hallado los restos de un hombre robusto y que esos huesos tenían una coloración roja por haber estado envueltos en un manto de púrpura y oro. Esta última, prueba irrefutable de que era San Pedro por su alta jerarquía.

Investigaciones posteriores, ya en la década de los 80 y usando la tecnología del ADN, determinaron que los huesos pertecían a tres personas distintas, incluyendo una mujer y un hombre joven. Los científicos argumentan que no era necesario tener alta tecnología para llegar a esa resultado, que con simples conocimientos de medicina forense se podían alcanzar y todavía es duda cómo los restos aparecieron diez años después mágicamente en las bodegas de Monseñor Cas, uno de los encargados de la investigación. Sea como sea, hoy en día, el centro primordial de las criptas vaticanas lo constituye la tumba de San Pedro.

Es justo agregar que la iglesia tiene pruebas de peso a favor de sustentar su teoría de tener los verdaderos restos de Pedro. Tal vez la más fuerte es la tradición oral, porque si es cierto que la tumba se descubrió donde precisamente marcaba el relato. Otra es la decisión de Constantina de construir la enorme basílica en la colina Vaticana (de donde toma el nombre), porque era el lugar conocido como la tumba de San Pedro y no en un lugar al azar. La construcción necesitó emparejar 11 metros de ladera, una proeza más que todo monetaria en su época, por los costos que implicaba. Los relatos neocristianos situaban exactamente ese lugar, ubicado a pocos metros de donde fue martirizado San Pedro por el emperador Nerón.

Centro de “peregrinaje”


La Basílica del Vaticano es uno de los lugares principales para los fieles católicos/turistas en el mundo. Sinceramente, no hallé cuántas personas la visitan al año, pero deben de ser millones. Más difícil, mejor dicho imposible, es calcular cuántas lo hacen guiadas porque verdaderamente conciben y creen que ese es el lugar elegido por Dios como centro de su fe en la tierra; por motivos de interés cultural, debido a sus enormes tesoros pictóricos y arquitectónicos; o simplemente por trip de típico turista gringo o japonés cargado de pisto.

Uno de los ejemplos del problema “turístico” es el eterno pleito que sufren las mujeres, que no pueden entrar con los hombros destapados ni con shorts o faldas que les dejen las rodillas al descubierto. En la fachada hay una legión de hombres trajeados, muchos de ellos de raza negra, que impiden la entrada a quien viole la regla o las hacen utilizar sueteres o chalés para que puedan entrar. Si no me creen, hay una imagen del rotulito, fotografía que me costó una regañada de uno de los negritos por tomarla.

Para ser honesto, yo creo que fui por interés turístico e histórico, aunque supongo que mis papás, como una fe más dogmática que la mía, lo hicieron creyendo que iban a cumplir una de las más altas metas de ser católico. Si así fue y se sienten bien, yo me siento contento también por que se lo merecen.




A la Basílica llegamos alrededor del mediodía, aunque salimos bien temprano. Abordamos la atestada línea A del Metro Romano en la estación Termini, que nos quedaba bien cerca del hotel, y de ahí perdimos una infinidad de tiempo preguntando por precios y comprando camisetas, platos con el rostro de Juan Pablo II y algunos con la fachada de la Basílica (preocupación principal de mi mamá para no ser acusada de nada por los vecinos y parientes) y los benditos zapatos de la Lorena, para que no le agarrara un ataque que no se le llevaba nada.

En esa búsqueda fuimos timados por un vendedor que nos enseñó una gran variedad de camisetas, bastante bonitas y baratas, pero que a la hora de comprar te las daba envueltas en una bolsita plástica bien presentable. Hasta ahí, todo bien. El engaño era que a la hora de sacar las camisetas de la bolsa, su calidad era una mierda y se podía calificar fácilmente como tela para calzón y cuyo mejor uso podía ser usarla para colar horchata más que como souvernir romano.

El legado de San Pedro

Lo primero que vimos en El Vaticano fue la tremenda fila para entrar a los Museos Vaticanos, recorrido que termina en la universalmente conocida Capilla Sixtina. Luego, nos encontramos con otra fila, más caótica y numerosa, pero que avanzaba rápidamente para entrar al corazón de la fe católica: la Basílica de San Pedro.

La segunda columna iniciaba en otro de los núcleos centrales de El Vaticano, la gigantesca Plaza de San Pedro, construida entre 1656 y 1967 por el arquitecto Gian Lorenzo Bernini (quien también fue el último en intervenir en la construcción del edificio de la Basílica) y bajo las órdenes de Alejandro II, quien dispuso utilizar de mejor forma la enorme explanada que se extendía frente a la iglesia para que la gente "viera mejor cuando el daba la bendición".

Bernini dispuso hacer dos filas de cuatro columnas de estilo dórico (sepa madre cúal es la diferencia de estilo, pero es lo que decía en la información) a cada lado de la plaza y que representan brazos, ya que el arquitecto buscaba simbolizar el "abrazo que da la madre iglesia a todos sus visitantes". El otro objetivo de Bernini, al hacer un espacio claro, fue crear un concepto de teatro cuyo telón de fondo era la enorme Basílica y dejar a la vista los apartamentos papales, que aunque no tengan un diseño impresionante son harto indispensables en el desarrollo de la historia y los eventos de la curia católica. La parte superior de las columnas, y parte de la fachada de la Basílica, dan soporte para las estatuas de 140 santos y papas destacados, y cuyo centro es la figura del pobre carpintero de Nazareth.



La plaza aloja una fuente diseñada por el arquitecto suizo-italiano Carlo Maderno, quien fue el que construyó la fachada de la Basílica de San Pedro tal y como la conocemos hoy y la de Santa María la Mayor, la catedral de Roma. La fuente, hecha de granítico, fue colocada en 1675. Posteriormente, se agregaron dos fuentes menores, una a cada lado. Pero el verdadero centro de la plaza es el "Testigo Mudo", un monumental obelisco egipcio de 25 metros de alto, y de más de 300 toneladas de peso, colocado en 1586 bajo mandato expreso del papa Sixto V.

El obelisco fue traído a Roma por el emperador Calígula, uno de los mayores crimanles y depravados sexuales de la historia, para colocarlo en una de sus construcciones. Finalmente, la estructura fue situada en el centro del circo construido por el emperador Nerón, el lugar donde fue martirizado San Pedro en el año 67 (pudo ser en el 64, según otras investigaciones). La punta del obelisco estaba coronado por una bola metálica que contenía las cenizas de uno de los más grandes emperadores romanos de todos los tiempos, Julio César, pero cuando se ordenó estudiarla, sólo se encontró polvo en su interior. La bola fue llevada al Museo de Roma y se sustituyó por la actual cruz de metal.

El obelisco también fue testigo de uno de los hechos modernos más importantes: el intento de asesinato del Papa Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1981, quien recibió dos lesiones de bala por parte del extremista turco ultraderechista Mehmet Alí Agca, quien le disparó con una pistola Browning calibre 9 milímetros a pocos metros de distancia, cuando el jerarca católico saludaba a los fieles congregados en la plaza. El Papa salvó la vida y siempre aseguró que era un milagro de la Virgen de Fátima (la bala que le cruzó los intestinos está ahora empotrada en la corona de la virgen, en Francia) y Agca obtuvo una condena de cadena perpetua, que luego fue conmutada después de recibir el perdón del propio papa y del gobierno italiano. Agca aún sigue en prisión, pero en Turquía, donde paga el asesinato de un periodista, robo de vehículos, escaparse de una prisión y robo a mano armada.


El corazón del Vaticano

Aunque la actual Basílica fue edificada a partir del año por órdenes del papa , quien temía que el antiguo edificio se desplomara, su historia se remonta hasta hace más de mil 500 años, cuando el Constantino ordenó la construcción del templo en el lugar donde se suponía estaba enterrado San Pedro, utilizando el diseño propio de los grandes salones romanos de la época. La construcción tomó casi 30 años, según los registros, y utilizó una importante parte de los fondos imperiales. Su prestigio comenzó a crecer con el paso del tiempo y, a pesar de que los papas ascendían al trono de San Pedro después de una ceremonia oficiada en este templo, su máximo momento llegó en el año 800, cuando Carlo Magno fue ungido como emperador del Santo Imperio Romano.

A pesar de su importancia, el edificio cayó en abandono cuando los papas se trasladaron a Aviñón durante casi 60 años en un conflicto conocido luego como el Cisma de Occidente (al contrario de lo que la mayoría cree, la historia de los Papas no ha sido un dechado de dulzura y amor, sino una constante guerra política que durante años terminaba frecuentemente en asesinatos, complots, antipapas, casos de incesto e incluso un travesti ocupando la silla pontificia) y que fue resuelto cuando el emperador romano Segismundo decidió al representante de Dios en la tierra. Claro, eso después de deponer a tres Papas, nombrar a otros tres en el mismo tiempo y una confrontación entre las naciones europeas que casi termina en guerra. Todo en nombre de Dios.

Regresando al edificio, y después de tomar la dura decisión de demoler el antiguo, el papa Julio II inicia la construcción del nuevo en 1506, un proceso que llevaría más de cien años y que sería culminado durante el papado de Paulo V, cuyo nombre se puede ver grabado en grandes letras doradas en la fachada de la Basílica, y los últimos retoques fueron finalizados hasta 1626. Durante ese largo tiempo, el edificio sufrió varias modificaciones de estilo, dependiendo del arquitecto que estaba a cargo y entre los que se incluyen a varios entre los más famosos de la historia como Bramante, Rafael y Miguel Angel.

Escribir la historia de la Basílica y todos los significados de sus partes en este blog sería imposible. Incluso venden un libro que explica, por ejemplo, el significado de las tres puertas principales, porqué se llaman así, aparte de detalles de su construción e historia. No compré el libro porque los 16 euros se me hacían un gran espacio en mis ya gastados bolsillos, pero si me hubiera gustado tenerlo sólo por cultura general.

Después de hacer la larga cola en el mero solón romano durante unos 20 minutos mientras mis papás esperaban sentados en la sombra, aguantar la regañada del negrito (en italiano) por tomarle la foto al rótulo y deleitarme la vista con una española bien buena que estaba delante de mí y cuyo pantalón blanco de talle bajo y su descarado hilo dental no me dejaban apreciar tranquilo los detalles de la fachada diseñados por Maderno, logramos entrar a la nave principal de la Basílica. El enorme espacio, sobrecargado de belleza artística desde el pétreo esplendor de mármol de sus pisos hasta el dorado decorado de su cielo, permite albegrar hasta 60 mil personas al mismo tiempo, lo que la convierta en el edificio más grande del cristianismo con sus 193 metros de longitus y sus 45 de altura.

A la derecha, cerca de la entrada, se encuentra la famosa estatua de la Piedad de Miguel Angel, una representación de la Virgen María sosteniendo el cuerpo de su hijo, después de ser bajado de su suplicio en la cruz. La estatua supuso un reto al artista florentino, abiertamente homosexual, y quien no tenía ningún problema en reproducir el cuerpo masculino pero para quien era un suplicio hacerlo con el femenino, a quienes aborrecía. A pesar de eso, la estatua es una de las más bellas creaciones hechas por el hombre. Intenté tomar la foto por un buen rato y todas me quedaban movidas o fuera de foco: había poca luz, un vidrio cubre la estatua y la aglomeración de gente fue demasiado para mí.



La Basílica está cubierta de pinturas, estatuas y mausoleos, aparte de detalles impresionantes. A mí me llamaron la atención entre otras cosas: la sencila tumba expuesta de Juan XXIII, conocido como el "Papa Bueno", y quien convocó al Concilio Vaticano II, posiblemente el cambio más importante en la Iglesia Católica durante el último siglo y que arrojó como fruto inesperado la Teología de la Liberación, en la que proclama que Dios tiene opción preferencial por los pobres (argumento en el que creo profundamente).

Me impactó el Baldaquino que cubre el altar (por cierto, este altar es de sobremanera valioso, por ser uno de los restos sobrevivientes de la antigua basílica) diseñado totalmente en bronce por Bernini - el mismo encargado de la fuente y la plaza. El baldaquino se encuentra justo encima de la Tumba de San Pedro y hay dos escaleras, cerradas para los turistas, que dirigen hacia el sitio de descanso del "Vecchio Robusto".

En el fondo de la Basílica se encuentra otro altar conteniendo los restos de la "silla de San Pedro", aunque sea más probable que la antiquísima silla hecha de madera y marfil haya sido utilizada por el emperador Constantino para presidir las ceremonias. Y encima de ella, el mosaico del Espíritu Santo, representado en una paloma que desciende en medio de un mar de fuego.


El recorrido los finalizamos subiendo hasta la cúpula de San Pedro, bueno, mejor dicho, lo finalizé solo, porque mis papás se quedaron a medio camino. Yo subí hasta la cúpula, desde donde se pueden admirar los jardines vaticanos (que son bonitos pero tampoco la gran onda pues) y la mayor parte de Roma. Mi gran sorpresa fue hallar a mis papás comprando rosarios y artículos religiosos en un bazar y tomandose una gaseosa que habían comprado en un restaurante ubicados en el puto techo de la iglesia. Ya demasiado para mí!!!

Bueno, para cerrar el recorrido bajamos a las criptas vaticanas, donde están enterrados más de 100 grandes personajes, entre los que se incluyen 91 papas (uno de ellos es San Pedro), San Ignacio de Antioquía y la reina Cristina de Suecia, aparte de otros tumbas antiguas del período neocristiano. Justo al lado derecho de la tumba de San Pedro, se encuentra la tumba más visitada estos días: el sepulcro de Juan Pablo II. Aunque no comparto muchas de las cosas que dijo e hizo, no pude dejar de sentirme, no sé cómo decirlo, en algún sentido como minúsculo, ante un hombre como él, que prácticamente reescribió la historia mundial, en el sentido religioso y político. No sólo yo tenía un sentimiento, enfrente de su tumba (a la que es prohibido tomarle fotos por "respeto", pero si es posible irrespetar la de San Pedro y tomarle cuantas uno quiera) se encontraba rezando una pequeña multitud. Me asombró ver a dos mujeres, cada una por su lado, llorando desconsoladamente.

Dejamos El Vaticano usando la Vía de la Conciliación, un amplio bulevar que se abre enfrente de la Plaza de San Pedro y que termina medio kilómetros más abajo, en el Castillo de San Angelo, frente al río Tíber. Pero Roma es otra historia y esa la contamos en otro blog.

sábado, mayo 19, 2007

Todos los caminos llevan a Roma

Los romanos tienen una frase: La ciudad no se construyó en un día. Y en esas ocho palabras resumen a la perfección el intenso legado y trayecto de la capital italiana. Dónde comenzar por describir a Roma? Por ser el centro de la religión católica y asentamiento de las más bellas iglesias del mundo; o bien podríamos empezar por haber sido el génesis del Imperio Romano, que gobernó durante centurias lo que se conocía como mundo occidental; o comenzar por la nueva Italia surgida en el renaciemiento y que ha dejado las mayores obras de arte en el mundo. Sinceramente, no tengo respuesta. Tal vez será por eso que Roma nunca haya intentado vender un sólo único monumento que la represente, tal y como lo logró París con la Torre Eiffel.

Actualmente, Roma es una ciudad de 4 millones de habitantes, una mezcla del actual glamour del que son dueños los italianos y un viejo respeto por lo antiguo, sede de uno de las industrias turísticas más fuertes del mundo y de la mayor universidad de Europa, La Sapienza, con casi 150 mil estudiantes; la mayor central de trenes, Termini, con unos 600 mil pasajeros diarios; dos aeropuertos principales y la concentración de mujeres más buenas que he visto desde Estocolmo. Creo que la diferencia entre las suecas y las italianas es simplemente de moda: las suecas son más bonitas naturalmente, pero no pasan de sus jeans viejos y con sus zapatos All Star tan sucios como que si sólo esos hubieran utilizados desde que nacieron; en contraste con las italianas, siempre bien maquilladas, con la última moda y con unos escotes y faldas que sólo dejan lo mejor para la imaginación.

Con mis papás nos alojamos en un hotel muy pequeño pero bonito ubicado en la tercera planta de un edificio, a unas cuantas cuadras de la Terminal Termini y de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro iglesias principales de Roma. Ahora que estaba revisando la lista de lugares y buscando en las fotos que tomé, me di cuenta que de estúpido se me olvidó ir a la Basílica de San Juan de Letrán. La otra gran Basílica, la de San Pablo de Extramuros, la daba por descontado de antemano porque queda a 11 kilómetros de la ciudad y era perder bastante tiempo. Bueno, para la otra visita serán las dos.

Por cierto, Roma vive actualmente una discusión sobre si cambiarle o no el nombre a Termini (que tomó su nombre de las Termas de Dioclesano, ubicadas a unos centenares de metros) y nombrarla estación Juan Pablo II.




El primer día salimos a caminar y nos encontramos que el Coliseo y el Foro Romano quedaban bastante cerca también, aunque ese día ya no pudimos entrar por la hora. Comimos una de las mejores pizzas que he comido, en un pequeño negocio, y la sorpresa fue que venden la pizza por peso y no por tamaño o porción. A lo que si entramos ese día fue a Santa María la Mayor, la mayor iglesia del mundo consagrada a la figura de la madre de Jesús (sinceramente, aún tengo mis dudas comparándola con la Basílica de Guadalupe, porque a mí me pareció más grande).

Santa María La Mayor, conocida también como la Liberiana en honor al papa Liberio, es una de las antiguas basílicas del período paleocristiano y fue construido sobre un antiguo templo pagado dedicado a la diosa de los Cibeles. Pero algo de pagano aún permanece en la Basílica. En el 2003, el Papa Juan Pablo II nombró como Arcipreste del templo al cardenal estadounidense Bernard Francis Law. El premio para tal cargo fue dado porque Law trató de encubrir los numerosos abusos sexuales que ocurrieron en la dióceses de Boston y que cometieron sus sacerdores entre los seminaristas y muchos niños desde la década de los 70. Law renunció a su cargo en el 2002, después de que la Iglesia y muchos sacerdotes fueran encontrados culpables y se vieran obligados a pagar millones de dólares (la cifra total nunca ha sido revelada). Bueno, tan bonito personaje está ahora a cargo de la iglesia.

Debido a su antiguedad y su importancia, Santa María La Mayor concentra varios de los estilos más importantes del arte católico, incluso conserva algunos mosaicos que datan del año 431, con el dogma de la maternidad dividad, impuesto en el Concilio de Efeso. Igualmente, contiene unos curiosos mosaicos que representan la infancia de Cristo pero en la versión de los evangelios apócrifos. Se acuerdan esas historias de que habían un buey y una mula a la par del pesebre dando calor al divino niño cuando nació y que aún segumos poniendo todos los años en Navidad? o que hacía palomitas de barro, luego las sopabla y les daba vida? Bueno, todas esas leyendas vienen delos evangelios que no fueron aceptados por la iglesia.

Y el decorado del cielo, conocido como artesonado (es decir, un montón de cuadritos en altorrelieve - normalmentem, hechos de gruesas vigas de madera - y altamente decorados en su espacio interior) datan del renacimiento y fueron hechos por el famoso artista Sangallo. Cuenta con dos famosas capillas, la Paulina y la Sixtina, esta última lleva el mismo nombre de la famosa pintada por Miguel Angel porque fue hecha a petición del mismo papa: Sixto V. Las dos capillas sirven de tumbas para varios papas que decidieron que sus restos descansarían en estas iglesias. Aunque también en la capilla Paulina descansa una mujer, Paulina Bonaparte, hermana del gran militar francés.


La gloria antigua

A unos pocos pasos del Coliseo, se alza una de las concentraciones de edificios más monumentales del extinto imperio: el Foro Romano o Magno. Aparte del Vaticano, en Roma tuvimos mucha suerte con mis papás, porque sin querer entramos a la mayoría de lugares de gratis. Creo que el único problema de la visita al Foro, y en general durante todo el viaje, es que mis papás se anduvieron quejando de que mucho caminaban y cada media hora había que andar buscando la bendita banquita, y que estuviera bajo la sombra, para pasar otra media hora sentados en lo que se reponían.

Aparte de ser uno de los sitios arqueológicos más importantes, el Foro Romano marca también el inicio de lo que es Roma, tal y como se conoce hoy, cuando la comunidad que vivía en el Palatino se unieron a las restantes comunidades en el siglo 8 antes de Cristo y comenzaron la fortificación de la ciudad. Las primeras construcciones que aún se conservan en la zona de El Foro se remontan a 200 años más tarde. Roma, siempre involucrada en conquistar en otros territorios al mismo tiempo que se desangraba en guerras civiles, tardó bastante tiempo en desarrollarse como ciudad. El verdadero despegue inició con la llegada de Augusto al poder después del asesinato de Julio César, cuando restableció el gobierno romano basado en su autoridad y en el senado, dio por terminada la República y cesó casi un siglo de guerras civiles.

Augusto, que gobernó durante 40 años, fue poslemente el emperador que más influencia tuvo en la historia romana, junto con Julio César y Marco Antonio. Su nombre, Augusto, fue parte del título otorgado a los gobernadores romanos durante los siguientes 400 años (Augusto César...), el nombre del mes sextilis recibió el nombre de Agosto, en su honor, y fue venerado como Dios hasta que el cristianismo ordenó lo contrario.


En realidad, el Foro es un conjunto formado por cinco foros principales, que eran el centro político del imperio. El primero en ser eregido fue el Forum Lolium, hecho por Julio César, creado al estilo griego al pie de la colina Capitolina y cuyo centro era un templo dedicado a Venus. El segundo era el Foro Augusto, hecho por el emperador del mismo nombre y cuyo devoción estaba dedicada a Marte, dios de la guerra. El tercero fue el Templum Pacis, dispuesto por Vespasiano para exhibir los tesoros adquiridos durante la conquista de Jerusalén. El cuarto era el Forum Transitorium, hecho por Domiciano pero inaugurado por Nerva (por lo que se conoce también como Foro de Nerva) y que era una construcción que englobaba los primeros foros a los que ahora se podía acceder a través de una sola puerta, el Porticus Absidatus.

El último de los foros y el más monumental de todos es el Trajano, hecho por el emperador del mismo nombre para conmemorar su victoria sobre el Imperio Persa (o Partos). Trajano añadió una columna de 30 metros de altura dos años más tarde para celebrar una nueva victoria, esta vez en contra de los Dacios (ahora Rumania).

Un resumen de los edificios más importantes de la zona monumental serían el Templo de Cástor y Polux, construido en el año 496 AC por Aulo Postumio y embellecido por Augusto, del edificio de 30 metros de ancho por 50 metros de largo sólo sobreviven 3 columnas de su fachada (fotografía: segunda fila a la izquierda).

El templo de Saturno, una de las más monumentales construcciones y una de las más antiguas y construido por Tarquino El Soberbio y, aunque dedicado al dios agrícola, servía para guardar los tesoros públicos, por los que también era conocido como Aerarium. De su antiguo esplendor sólo sobreviven las ocho columnas de su fachada (primera fila, izquierda) en los que todavía se pueden leer la inscripción que fue esculpida para marcar su tercera reconstrucción, después de ser destruido en el año 286 AC: Senatus Populusque Romanus incendio consumptum restituit, - El Senado y el Pueblo de Roma restauraron lo que el fuego había consumido - (foto: segunda fila, derecha).

El Templo de Vesta y Venus, una de las edificaciones más grandes de la zona con 145 metros de largo y 100 de ancho y ubicada cerca del Coliseo. Su construcción inicio por orden del emperador Adriano pero fue finalizada por Antonino Pío. En la antiguedad, el templo presentaba las estatuas gigantescas de las dos diosas, aunque hoy no quedan restos de ellas (foto: tercera fila, izquierda).





Una de las más bellas muestras de la arquitectura romana es el Arco de Septimio Severo, un arco del triunfo hecho en mármol por este emperador para conmemorar la victoria sobre los Persas, que se habían convertido nuevamente en amenaza para el imperio (foto: primera fila, derecha) y que muestra en bajorrelive muchos detalles de las batallas del emperador y de sus dos hijos, Geta y Caracalla (foto principal, arriba).

El Forum Magnum incluye también la Curia Hostilia, la Basílica de Majencio, la Vía Sacra el Templo de Vespasiano y Tito y una infinidad de jardínes, donde descansamos con mis papás, donde mi papá estaba de necio que quería robarse unas naranjas, tomamos agua de una fuente que nacía en medio de unas ruinas y donde platicamos con una anciana cuya afición era darle de comer, según ella, a ocho gatos que habitan en las ruinas.


Fuente de la belleza

Uno de los símbolos de la ciudad lacia es la Fontana de Trevi, una enorme fuente de estilo barroco construida por el papa Urbano VIII en 1629, aunque rediseñada dramáticamente por los arquitectos Nicola Salvi y Geovanni Pannini durante treinta largos años, entre 1732 y 1762. La última estructura en colocarse fue la majestuosa estatua del dios Neptuno, hecha por el escultor Pietro Bracci, en donde aparece “domando” a los hipocampos o caballos de mar.

La Fontana nació cuando Urbano VII dispuso hacer una fuente magnífica al final del acueducto de Agua Virgo, uno de los primitivos acueductos que servían el agua a la ciudad.

La Fontana estaba atestada de turistas el día que la visitamos, durante la tarde después de ir al Vaticano, y fue un milagro tomar un par de fotografías porque siempre salía la cabeza de alguien, el brazo, el hombro, cualquier puta parte. Frente a la fuente, las personas buscaban un lugar para lanzar las famosas monedas al agua, una tradición tardía iniciada por la película Tres Monedas en la Fuente, filmada en 1954. La forma de lanzar la moneda es arrojarla con la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Hacerlo una vez significa que tarde o temprano se voverá a Roma, dos que se enamorará de una guapa romana (cosa fácil y no es necesario gastar ningún cinco, se hace de gratis y con amor); y tres, que se casará con esa persona.

No pude ver La Fontana de noche, algo que quería porque su iluminación es uno de los espectáculos más bellos en Italia, según todo mundo y las guías de viaje, porque el día que dispuse me quedé dormido bien temprano y al otro salíamos hacia Florencia.




También fuimos a la Plaza Navona, el antiguo mercado romano durante el siglo XVI y que fue profundamente trabajada durante los años del Barroco. Su principal atracción es la Fuente de los Cuatro Ríos, diseñada por el famoso arquitecto Bernini enfrente de la Basílica de Santa Inés, y representa los cuatro puntos terráqueos a través de los aguas de sendos ríos: Ganges, en la India; Río de la Plata, en América; Nilo, en Agrica; y el Danubio, en Europa.

El monumento estaba cerrado por una profunda restauración a la que es sometido, pero pudimos apreciar las bellas Fontana del Moro y la Fontana de Neptuno, mucho más pequeñas pero de la misma belleza.

Otro de los grandes monumentos romanos es el Campidoglio, que corona la colina Capitolina, una de las siete colinas de la ciudad. La mayor parte fue diseñada por el genial Michelangelo, uno de los máximos representantes del Renacimiento.



viernes, mayo 18, 2007

Imágenes de familia

Fontana di Trevi, Italia

Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano
Basílica de San Marcos, Venecia

Palacio de Versalles, Francia

Iglesia del Sagrado Corazón, París


Torre Eiffel, París

Los Inválidos, París

Río Lagan, Belfast

City Hall, Belfast


El Coliseo, Roma

Ponte Veccio, Florencia



La Academia, Florencia