
Solo quiero agradecerle a Rhina (y también a la Carito, pero aún no ha aparecido el suertudo que se va casar con ella) por haberme dado la oportunidad de cruzar el charco; y a Ciaran, por haberme ayudado un montón el sistema en este lado del mundo.
Así que no dudo que dentro de pocos habrán irlandeses que cuenten chistes bazooka y que sean más impacientes que mandados hacer. Suerte a los Sydwell López.
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