viernes, noviembre 10, 2006

Michael Jackson guanaco

Aunque un poco tarde en estos días de noviembre, pero creo que se me había quedado en el tintero contarles mis primeras fiestas de Halloween. Para los irlandeses, el día de las brujas es una festividad bien importante y, aunque no llega a la categoría de Navidad o del Día de Acción de Gracias, si ocupa un lugar destacado en el calendario. Salvadoreñizándolo, a mi juicio es el equivalente a las fiestas julias o al carnaval de San Miguel.

A diferencia de celebrarlo en El Salvador, a mí sí se me hace mucho sentido festejarlo acá porque el Día de Brujas tiene sus origenes en las antiguas constumbres celtas, cuando se recordaban a los espíritus de los muertos y los caídos en combate; y no, para decepción de muchos, después de que Michael Jackson (cuando era negro) salía de perro jiotoso aullando en “Thriller”.

Los niños no van durante toda una semana a clases y se hacen cenas en familia y fiestas en los días anteriores. Las discos ofrecen patines y en los centros comerciales abundan los establecimientos que venden disfraces y todo lo relacionado con el Día de Brujas.

En el pueblo en el que vivo, las celebraciones iniciaron 3 días antes con la apertura de una Casa de Espanto, y me ofrecí para ser “mounstruo voluntario”, hicimos una procesión de farolitos, hubo danza con bolas de fuego (lástima que sólo a mí se me salio lo nejapense –hasta ahorita caigo en la cuenta que no sé cómo se le dice a la gente de Nejapa -y me daban ganas de tirar una a la mara) y al final hubo quema de pólvora tipo Pollo Campero en la Autopista Sur.

Tuve mi beba con mis compañeros voluntarios y me vestí dizque de Drácula. Pero las palmas se las llevó Daniel, que se vistió de Mary Poppins, y el dólar y la ovación masculina se la ganó Helen, que decidió vestirse como una elegante señorita de esas que trabajan arduamente en Lips. También tuvimos una cena en la casa del director del centro. De todo esto que les narro ahí les muestro un par de fotos para que se hagan una idea.
Y hablando de espíritus, fantasmas y similares, también quiero compartir unas fotografías con ustedes que tomé en el cementerio de Bonamargy Friary, famoso por sus historias de aparecidos y porque en algunas noches aparece “manchas de sangre” en las paredes.

Lo anecdótico es que, como había luna llena, me metí al cementerio de noche, me tuve que tirar el muro y esperar solo casi una hora para que la luna se pusiera justo dónde yo quería. Lo que ven es la antigua abadía del cementerio, porque acá todos los camposantos tienen una iglesia en medio. La abadía de Bonamargy ya está destruida porque es sumamente antigua, es de 1543, y hay tumbas viejísimas de esos años.
Para estos días estoy preparando compartir algo sobre el legendario jugador irlandés de fútbol George Best. Así que creo que será mi próximo blog hablar sobre el “Belfast Boy”.

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