sábado, mayo 19, 2007

Todos los caminos llevan a Roma

Los romanos tienen una frase: La ciudad no se construyó en un día. Y en esas ocho palabras resumen a la perfección el intenso legado y trayecto de la capital italiana. Dónde comenzar por describir a Roma? Por ser el centro de la religión católica y asentamiento de las más bellas iglesias del mundo; o bien podríamos empezar por haber sido el génesis del Imperio Romano, que gobernó durante centurias lo que se conocía como mundo occidental; o comenzar por la nueva Italia surgida en el renaciemiento y que ha dejado las mayores obras de arte en el mundo. Sinceramente, no tengo respuesta. Tal vez será por eso que Roma nunca haya intentado vender un sólo único monumento que la represente, tal y como lo logró París con la Torre Eiffel.

Actualmente, Roma es una ciudad de 4 millones de habitantes, una mezcla del actual glamour del que son dueños los italianos y un viejo respeto por lo antiguo, sede de uno de las industrias turísticas más fuertes del mundo y de la mayor universidad de Europa, La Sapienza, con casi 150 mil estudiantes; la mayor central de trenes, Termini, con unos 600 mil pasajeros diarios; dos aeropuertos principales y la concentración de mujeres más buenas que he visto desde Estocolmo. Creo que la diferencia entre las suecas y las italianas es simplemente de moda: las suecas son más bonitas naturalmente, pero no pasan de sus jeans viejos y con sus zapatos All Star tan sucios como que si sólo esos hubieran utilizados desde que nacieron; en contraste con las italianas, siempre bien maquilladas, con la última moda y con unos escotes y faldas que sólo dejan lo mejor para la imaginación.

Con mis papás nos alojamos en un hotel muy pequeño pero bonito ubicado en la tercera planta de un edificio, a unas cuantas cuadras de la Terminal Termini y de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro iglesias principales de Roma. Ahora que estaba revisando la lista de lugares y buscando en las fotos que tomé, me di cuenta que de estúpido se me olvidó ir a la Basílica de San Juan de Letrán. La otra gran Basílica, la de San Pablo de Extramuros, la daba por descontado de antemano porque queda a 11 kilómetros de la ciudad y era perder bastante tiempo. Bueno, para la otra visita serán las dos.

Por cierto, Roma vive actualmente una discusión sobre si cambiarle o no el nombre a Termini (que tomó su nombre de las Termas de Dioclesano, ubicadas a unos centenares de metros) y nombrarla estación Juan Pablo II.




El primer día salimos a caminar y nos encontramos que el Coliseo y el Foro Romano quedaban bastante cerca también, aunque ese día ya no pudimos entrar por la hora. Comimos una de las mejores pizzas que he comido, en un pequeño negocio, y la sorpresa fue que venden la pizza por peso y no por tamaño o porción. A lo que si entramos ese día fue a Santa María la Mayor, la mayor iglesia del mundo consagrada a la figura de la madre de Jesús (sinceramente, aún tengo mis dudas comparándola con la Basílica de Guadalupe, porque a mí me pareció más grande).

Santa María La Mayor, conocida también como la Liberiana en honor al papa Liberio, es una de las antiguas basílicas del período paleocristiano y fue construido sobre un antiguo templo pagado dedicado a la diosa de los Cibeles. Pero algo de pagano aún permanece en la Basílica. En el 2003, el Papa Juan Pablo II nombró como Arcipreste del templo al cardenal estadounidense Bernard Francis Law. El premio para tal cargo fue dado porque Law trató de encubrir los numerosos abusos sexuales que ocurrieron en la dióceses de Boston y que cometieron sus sacerdores entre los seminaristas y muchos niños desde la década de los 70. Law renunció a su cargo en el 2002, después de que la Iglesia y muchos sacerdotes fueran encontrados culpables y se vieran obligados a pagar millones de dólares (la cifra total nunca ha sido revelada). Bueno, tan bonito personaje está ahora a cargo de la iglesia.

Debido a su antiguedad y su importancia, Santa María La Mayor concentra varios de los estilos más importantes del arte católico, incluso conserva algunos mosaicos que datan del año 431, con el dogma de la maternidad dividad, impuesto en el Concilio de Efeso. Igualmente, contiene unos curiosos mosaicos que representan la infancia de Cristo pero en la versión de los evangelios apócrifos. Se acuerdan esas historias de que habían un buey y una mula a la par del pesebre dando calor al divino niño cuando nació y que aún segumos poniendo todos los años en Navidad? o que hacía palomitas de barro, luego las sopabla y les daba vida? Bueno, todas esas leyendas vienen delos evangelios que no fueron aceptados por la iglesia.

Y el decorado del cielo, conocido como artesonado (es decir, un montón de cuadritos en altorrelieve - normalmentem, hechos de gruesas vigas de madera - y altamente decorados en su espacio interior) datan del renacimiento y fueron hechos por el famoso artista Sangallo. Cuenta con dos famosas capillas, la Paulina y la Sixtina, esta última lleva el mismo nombre de la famosa pintada por Miguel Angel porque fue hecha a petición del mismo papa: Sixto V. Las dos capillas sirven de tumbas para varios papas que decidieron que sus restos descansarían en estas iglesias. Aunque también en la capilla Paulina descansa una mujer, Paulina Bonaparte, hermana del gran militar francés.


La gloria antigua

A unos pocos pasos del Coliseo, se alza una de las concentraciones de edificios más monumentales del extinto imperio: el Foro Romano o Magno. Aparte del Vaticano, en Roma tuvimos mucha suerte con mis papás, porque sin querer entramos a la mayoría de lugares de gratis. Creo que el único problema de la visita al Foro, y en general durante todo el viaje, es que mis papás se anduvieron quejando de que mucho caminaban y cada media hora había que andar buscando la bendita banquita, y que estuviera bajo la sombra, para pasar otra media hora sentados en lo que se reponían.

Aparte de ser uno de los sitios arqueológicos más importantes, el Foro Romano marca también el inicio de lo que es Roma, tal y como se conoce hoy, cuando la comunidad que vivía en el Palatino se unieron a las restantes comunidades en el siglo 8 antes de Cristo y comenzaron la fortificación de la ciudad. Las primeras construcciones que aún se conservan en la zona de El Foro se remontan a 200 años más tarde. Roma, siempre involucrada en conquistar en otros territorios al mismo tiempo que se desangraba en guerras civiles, tardó bastante tiempo en desarrollarse como ciudad. El verdadero despegue inició con la llegada de Augusto al poder después del asesinato de Julio César, cuando restableció el gobierno romano basado en su autoridad y en el senado, dio por terminada la República y cesó casi un siglo de guerras civiles.

Augusto, que gobernó durante 40 años, fue poslemente el emperador que más influencia tuvo en la historia romana, junto con Julio César y Marco Antonio. Su nombre, Augusto, fue parte del título otorgado a los gobernadores romanos durante los siguientes 400 años (Augusto César...), el nombre del mes sextilis recibió el nombre de Agosto, en su honor, y fue venerado como Dios hasta que el cristianismo ordenó lo contrario.


En realidad, el Foro es un conjunto formado por cinco foros principales, que eran el centro político del imperio. El primero en ser eregido fue el Forum Lolium, hecho por Julio César, creado al estilo griego al pie de la colina Capitolina y cuyo centro era un templo dedicado a Venus. El segundo era el Foro Augusto, hecho por el emperador del mismo nombre y cuyo devoción estaba dedicada a Marte, dios de la guerra. El tercero fue el Templum Pacis, dispuesto por Vespasiano para exhibir los tesoros adquiridos durante la conquista de Jerusalén. El cuarto era el Forum Transitorium, hecho por Domiciano pero inaugurado por Nerva (por lo que se conoce también como Foro de Nerva) y que era una construcción que englobaba los primeros foros a los que ahora se podía acceder a través de una sola puerta, el Porticus Absidatus.

El último de los foros y el más monumental de todos es el Trajano, hecho por el emperador del mismo nombre para conmemorar su victoria sobre el Imperio Persa (o Partos). Trajano añadió una columna de 30 metros de altura dos años más tarde para celebrar una nueva victoria, esta vez en contra de los Dacios (ahora Rumania).

Un resumen de los edificios más importantes de la zona monumental serían el Templo de Cástor y Polux, construido en el año 496 AC por Aulo Postumio y embellecido por Augusto, del edificio de 30 metros de ancho por 50 metros de largo sólo sobreviven 3 columnas de su fachada (fotografía: segunda fila a la izquierda).

El templo de Saturno, una de las más monumentales construcciones y una de las más antiguas y construido por Tarquino El Soberbio y, aunque dedicado al dios agrícola, servía para guardar los tesoros públicos, por los que también era conocido como Aerarium. De su antiguo esplendor sólo sobreviven las ocho columnas de su fachada (primera fila, izquierda) en los que todavía se pueden leer la inscripción que fue esculpida para marcar su tercera reconstrucción, después de ser destruido en el año 286 AC: Senatus Populusque Romanus incendio consumptum restituit, - El Senado y el Pueblo de Roma restauraron lo que el fuego había consumido - (foto: segunda fila, derecha).

El Templo de Vesta y Venus, una de las edificaciones más grandes de la zona con 145 metros de largo y 100 de ancho y ubicada cerca del Coliseo. Su construcción inicio por orden del emperador Adriano pero fue finalizada por Antonino Pío. En la antiguedad, el templo presentaba las estatuas gigantescas de las dos diosas, aunque hoy no quedan restos de ellas (foto: tercera fila, izquierda).





Una de las más bellas muestras de la arquitectura romana es el Arco de Septimio Severo, un arco del triunfo hecho en mármol por este emperador para conmemorar la victoria sobre los Persas, que se habían convertido nuevamente en amenaza para el imperio (foto: primera fila, derecha) y que muestra en bajorrelive muchos detalles de las batallas del emperador y de sus dos hijos, Geta y Caracalla (foto principal, arriba).

El Forum Magnum incluye también la Curia Hostilia, la Basílica de Majencio, la Vía Sacra el Templo de Vespasiano y Tito y una infinidad de jardínes, donde descansamos con mis papás, donde mi papá estaba de necio que quería robarse unas naranjas, tomamos agua de una fuente que nacía en medio de unas ruinas y donde platicamos con una anciana cuya afición era darle de comer, según ella, a ocho gatos que habitan en las ruinas.


Fuente de la belleza

Uno de los símbolos de la ciudad lacia es la Fontana de Trevi, una enorme fuente de estilo barroco construida por el papa Urbano VIII en 1629, aunque rediseñada dramáticamente por los arquitectos Nicola Salvi y Geovanni Pannini durante treinta largos años, entre 1732 y 1762. La última estructura en colocarse fue la majestuosa estatua del dios Neptuno, hecha por el escultor Pietro Bracci, en donde aparece “domando” a los hipocampos o caballos de mar.

La Fontana nació cuando Urbano VII dispuso hacer una fuente magnífica al final del acueducto de Agua Virgo, uno de los primitivos acueductos que servían el agua a la ciudad.

La Fontana estaba atestada de turistas el día que la visitamos, durante la tarde después de ir al Vaticano, y fue un milagro tomar un par de fotografías porque siempre salía la cabeza de alguien, el brazo, el hombro, cualquier puta parte. Frente a la fuente, las personas buscaban un lugar para lanzar las famosas monedas al agua, una tradición tardía iniciada por la película Tres Monedas en la Fuente, filmada en 1954. La forma de lanzar la moneda es arrojarla con la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Hacerlo una vez significa que tarde o temprano se voverá a Roma, dos que se enamorará de una guapa romana (cosa fácil y no es necesario gastar ningún cinco, se hace de gratis y con amor); y tres, que se casará con esa persona.

No pude ver La Fontana de noche, algo que quería porque su iluminación es uno de los espectáculos más bellos en Italia, según todo mundo y las guías de viaje, porque el día que dispuse me quedé dormido bien temprano y al otro salíamos hacia Florencia.




También fuimos a la Plaza Navona, el antiguo mercado romano durante el siglo XVI y que fue profundamente trabajada durante los años del Barroco. Su principal atracción es la Fuente de los Cuatro Ríos, diseñada por el famoso arquitecto Bernini enfrente de la Basílica de Santa Inés, y representa los cuatro puntos terráqueos a través de los aguas de sendos ríos: Ganges, en la India; Río de la Plata, en América; Nilo, en Agrica; y el Danubio, en Europa.

El monumento estaba cerrado por una profunda restauración a la que es sometido, pero pudimos apreciar las bellas Fontana del Moro y la Fontana de Neptuno, mucho más pequeñas pero de la misma belleza.

Otro de los grandes monumentos romanos es el Campidoglio, que corona la colina Capitolina, una de las siete colinas de la ciudad. La mayor parte fue diseñada por el genial Michelangelo, uno de los máximos representantes del Renacimiento.