lunes, junio 25, 2007

The Leprechaum made me drink (Dublin)


Tanto que putié a la Violeta porque viviendo en Valencia no había ido a Madrid y yo había hecho casi lo mismo con el país que me queda más cerca y no había visitado Dublín, capital de la República de Irlanda o "Free Ireland", como la llaman los católicos. Había estado varias veces en la terminal de buses o para ir al aeropuerto (como los vuelos de Ryanair salen de ahí y no de Belfast y pues como son más baratos vaaaaaah...) o, incluso, de pasada para ir a las montañas de County Wicklow, pero jamás me había quedado a turistear o en plan de conocerla bien. Y eso que había varias cosas que me llamaban la atención como el Trinity College, la estatua de James Joyce, la fábrica Guinness y el Temple Bar, la zona de pubs más famosa de Irlanda.

Yo ya tenía planes de ir desde hacía ratos, especialmente aprovechando mi último finde libre antes del programa de verano. Y en eso Kira me dice que quiere ir, así que empezamos a planear de mejor forma el trip. La onda que al final terminó en excursión, porque vinieron la prima y la hermana de Hanna y más el novio de ella. Así que terminámos haciendo el trip entre seis.

Reservamos un hostal, el Jacobson, un poco caro pero si visitan estos lados se los recomiendo, porque estaba bien cerca de los pubs, del centro, de la estación de buses, en resumen de todo; además super limpio y tri seguro. Compartimos el cuarto con una mara de Nueva Zelanda tranquilos y casi mudos. Total, que ni los molestamos ni ellos nos jodieron.

A mí Dublín me llega por toda la historia que tiene, empezando por los que nacieron ahí y entre los que más destacan son los escritores. La ciudad puede vanangloriarse de tener entre sus hijos a mara como James Joyce, Oscar Wilde, Samuel Beckett y Bram Stoker. El último es famoso por escribir Drácula; Joyce por uno de los mejores libros de todos los tiempos, Ulises; de Beckett me encanta una de sus frases: "Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre". Y el dios de dioses es Wilde, con sus frases lapidarias que aparecen en libros como El Fantasma de Canterville, El retrato de Dorian Gray, El crimen de Lord Arthur Saville y su obra de teatro La importancia de llamarse Ernesto.

Wilde no sólo es famoso por su increíble, duro y punzante sarcasmo, sino también por su vida. Era una loca desatada, aunque no al principio. Se enamoró de una mujer que lo engañó con uno de sus mejores amigos (era Stoker. Por lo menos para ser zorra, la tipa era culta); fue el primer hippie de la historia, usaba el pelo largo desgreñado y la ropa desordenada para causar conmoción entre la mara de clase alta; fue el mejor estudiante de su universidad y ganó varios premios por su intelecto e ingenio. Al final, fue acusado de mantener relaciones homosexuales con un joven de la nobleza inglesa y finalmente condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. Salió arruinado y fue a morir a París.

Wilde escribió frases tan contundentes y conocidas como estas: "Las mujeres están hechas para ser amadas, no para ser comprendidas", "Los hombres interesantes son los que tienen un futuro. Las mujeres interesantes, las que tienen un pasado", "No soy tan joven como para saberlo todo" y la favorita de todas para mí, y que hice mía como frase de vida después de aprender una lección con Metzi: Los buenos son felices. Los malos, desgraciados. Esa es la ficción.



Fundada originalmente por los Vikingos en el año 988 con el nombre de Baile Atha Cliath en la desembocadura del río Liffey, la ciudad de Dublín comenzó a adquirir su importancia actual cuando se fusionó con otra ciudad más antigua, Dubhlinn (Estanque negro), de donde toma su nombre moderno.

El auge de la ciudad fue bastante tardío, a pesar de que siempre fue la capital irlandesa durante la Edad Media, y su desarrollo se dio sólo hasta el siglo XVII con la llegada de los "4 Jorges" al trono de Inglaterra (James I, James II... etc, cuatro soberanos británicos que tomaron el mismo nombre). La ciudad decayó a principios del siglo pasado por los problemas políticos y sólo comenzó a mostrar un segundo auge a partir de 1960 y la prosperidad económica a la ciudad llegó al mismo tiempo a Irlanda, a mediado de la década pasada, cuando la isla se convirtió en el tercer país más rico de la Unión Europea.

En general, la ciudad es bastante plana y no hay rascacielos ni por cerca. El más alto de los edificios es el Liberty Hall con 59 metros, para darles un ejemplo la Torre Cuscatlán mide 80 y creo que el campanario de la Don Rúa está cerca de los 100. Entre los atractivos se encuentra el Colegio Trinidad, núcleo de la Universidad de Dublín (Foto arriba. Segunda fila, derecha), contiene una de las bibliotecas más grandes de Europa con casi 5 millones de ejemplares incluyendo el famoso Libro de Kells o el Gran Evangelio de San Columba, un manuscrito bellamente decorado realizado por monjes celtas hace 1,200 años y una de las obras máximas del cristianismo de la edad media.

Destacan el edificio de la Alcaldía de Dublín (Foto arriba, primera fila, derecha), construido en 1769, y el Custom Hall, el principal edificio de la ciudad, ubicado enfrente del río Liffey y construido en 1791 para ser sede de las oficinas portuarias y luego se convirtió en sede del poder inglés. En 1921, partidarios del IRA le dieron fuego al edificio destruyendo obras de arte y documentos que se consevaban desde la edad media, aparte que el domo colapso. Aparte de la pendejada de destruir tesoros históricos, muchos miembros del IRA fueron capturados en el sitio (Foto abajo).


Dublín ahora es la sede de compañías en el ramo de la informática o las comunicaciones como como Microsoft, Google, Amazon, PayPal, Yahoo y de la compañía farmaceútica Pfizer (la que inventó la Viagra). Además la Hewlett Packard y la Intel tienen fábricas en los suburbios. Hace poco tuvimos una plática con Jaime, en la que discutíamos si la presencia de esas marcas era la causa del acelerado crecimiento económico del país, fenómeno que es conocido como el Tigre Céltico, en alusión al mismo fenómeno en China.

Yo, sinceramente, creo que está mara vive en una burbuja de dinero inflada porque la mayoría trabaja para el gobierno en el área social y que un día esa pompa de jabón va reventar por varios factores. Pero ese es pedo aparte y lo discutimos en otro blog.

Debido a la bonanza económica, Dublín trata de recordarle a sus habitantes más jóvenes de la pobreza de la que vienen y que alcanzó su más triste período durante la Gran Hambruna (The Great Famine), que duró entre 1845 y 1849, causado por una peste que afectó los cultivos de papas, el principal alimento de los irlandeses, y agravados por los problemas económicos y por políticos, estos últimos causados por su larga lucha contra Inglaterra y por el desentendimiento del imperio británico. Una de las atracciones de la ciudad es el monumento que representa a una familia buscando el puerto de Dublín para abandonar la ciudad.

Se considera que un millón de personas murieron en esos años por la hambruna y entre un millón o dos dejó para siempre el país en lo que ha sido la principal diáspora irlandesa. Se calcula que hay unos 80 millones de irlandeses, o descendientes directos de ellos, viviendo en otros países, especialmente Inglaterra, Canadá, Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda.

En las fotos de abajo se encuentra un detalle del monumento, mientras que ahora los nuevos pobres son inmigrantes provenientes de países de Europa del Este; este bebé con el monumento del escritor James Joyce, ubicada cerca de O'Connel Street, la calle de mayor comercio de la ciudad; y la otra foto con Kira, monumento a los culos alemanes.





La vida nocturana

Ya que íbamos en marón decidimos pasar nuestra última noche en Temple Bar, la zona de pub más famosas de Irlanda y una de las más conocidas en Europa. El lugar es especialmente conocido para celebrar las Hen Parties, cuando las mujeres, normalmente de Inglaterra, viajan acá y le dan una despedida de soltera a su amiga, se ponen unas grandes pederas, hacen unos grandes desvergues y media sodoma y gomorra y nadie se da cuenta porque están en otro país

Vimos un repijo de esos grupos, algunos de bichas fresas y un par ya de viejas que de seguro le estaban dando despedida a una amiga que iba por su segundo o tercer round de maridaje. Encontré una descripción del Temple Bar que la dio la cantante Aimee Mann cuando anduvo de gira por ahí hace un par de años: Pubs sobresaturados, bolos orinando parados y piscinas de vómito. Ja ja ja ja, parecido con el Sea Way o el Coctelón????? nel, pura coincidencia. No eran tan así, pero en mis trips de noche sólo he visto zopeadas y mara haciendo shows en los chupaderos de Belfast y mil veces más aquí.

Los Pup acá son paloma y me llega porque los irlandeses, incluso los culitos, le hacen al rock. No son rockeros ni tienen ese estilo, pero tripean música tipo Led Zeppelin o Alice Cooper. Los chupaderos más vergones, anoten el tip, son The Porterhouse, the Quay's Bar (d0nde nos tomamos la mayoría de fotos), the Mezz y el Foggy Dew.

Lo único malo es que chupar o joder acá es super caro. Dublín es la octava ciudad más cara de Europa y una pinta de Guinness en un bar vergón anda por los 6 o 7 euros, unas 10 bolas de allá. Es decir, con 2 birrias acá me puedo poner una gran talega allá.

Bueno, ya mucha casaca. Ahí les dejó estas fotos al público masculino de Amy y Hanna, de Suecia, y Kira de Alemania (en ese orden). La otra rubia que aparece es Bella, también de Suecia, y Robbie, el novio de Hanna. El maje todo lleno de piercings saber quién es... nos tomamos la foto y aparecía detrás, jajjaja... pero nadie se lo podía.






No hay comentarios.: