martes, abril 17, 2007

Fair Head, señor del vértigo

La primera imagen de Ballycastle que me quedó grabada en la mente, cuando recién acababa de venir, fue la silueta del gigantesco acantilado de Fair Head, ubicado a 5 kilómetros de la ciudad pero visible desde todo el área de la bahía.

Fair Head es una colosal pared de piedra, casi vertical, que se levanta a 196 metros sobre el nivel del mar. Fue conocido en el tiempo de los celtas como Beinn Bhán, o el Acantilado Blanco, quienes construyeron un crannog en un pequeño lago ubicado justo en medio de la cima. Los crannog eran plataformas de madera construidas sobre pequeñas islas y que servían para defensa de una ciudad, almacenamiento de comida o como base de pesca.

Uno de mis primeras caminatas por la zona, acompañado de Jason, el voluntario de Canadá, fue precisamente a la cima de Fair Head, pero ese día no cargaba la cámara porque estaba lloviendo y nunca volví a ir, por lo que no tenía fotos del lugar. Esa vez utilizamos la ruta tradicional, caminando la mayor parte del tiempo por una calle. Luego, fue casi 1 hora por una pequeña estepa completamente empantanada (lo que fue el detonante para que llegara a la sabia conclusión que ahuevo acá si que llueve y a las más sabia resolución de comprarme unas botas waterproof).

Hace un par de semanas oí a Jason comentando con Kai, el voluntario de Alemania, que habían llegado a la cima por otro vía distinta a la tradicional: siguiendo una pequeña vereda por los riscos junto al mar y de ahí subiendo hasta llegar a los más alto. Yo ya había visto esa vereda cuando mis andanzas me llevaban cerca de Marconi’s Cottage, pero la chambrosa de la Jannete me había dicho que el pequeño camino sólo llevaba un par de metros más y que luego desaparecía.

En algo tenía la razón Jannete: la vereda desaparece en muchos tramos, pero si uno se ubica y sigue los instintos se puede avanzar.





La vereda ahora es muy utilizada porque Fair Head se ha transformado, desde 1960, cuando fue conquistado por primera vez, en uno de los sitios favoritos por los escaladores a rapel de Irlanda. Ahora, se han ubicado las rutas de ascenso de verticales o “crag”, en el idioma de los alpinistas. El más alto es una pared de 100 metros exactos de altura y el más pequeño sólo alcanza los 20. Los crags más famosos de Irlanda, y también ubicados entre los mejores de Europa, son Slieve League, con 601 metros, y Moher, con 217.

Esta mañana me tocaba entrar tarde a trabajar y desde hace días me venía picando la idea. Me levanté temprano, me pusé las correspondientes botas , cámara al hombro y vamos a caminar. Tardé dos horas en llegar a la base más próxima de Fair Head, después de apreciar una catarata y una mina de carbón que no sabía de su existencia y de ver varios restos de ovejas y cabras que murieron al caer en el precipicio.

Al final, logré alcanzar la base de los pequeños crag de Fair Head, pero como estaba solo me dio un poco de temor de aventurarme más y llegar a los peñascos más altos. Aunque logré identificar el sendero que lleva a ellos. La otra semana, martes para ser exactos, hemos dispuesto con Kai caminar hasta las paredes más altas, rodearlas y llegar hasta la bahía de Mourlagh, uno de los sitios mas bellos en las costas de Irlanda. En total, son 3 horas en una sola dirección. Será el entramiento para cuando nos aventuremos a caminar desde la bahía de Whitepark, atravesando Dunsverick y llegando hasta Giant’s Causeway, una caminada de entre 5 y 6 horas.

Mi aventura y la de Jason han motivado para que los demás estén interesados en la caminata. Tal vez el próximo mes Hanna, Jason, Niki, Ochanya, Daniel, Kai, Robert y yo nos aventuremos. Ahí les cuento si pasa.



1 comentario:

Anónimo dijo...

como siempre, buenísimas las fotos!!!