domingo, julio 08, 2007

El Coliseo, maravilla del mundo


Una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo y el símbolo más conocido de la Roma Imperial, el Coliseo es una de las estructuras más visitadas cada año y uno de los imágenes turísticas más conocidas por la humanidad. Fue durante más de mil años, el anfiteatro o escenario deportivo más grande del mundo con 189 metros de largo, 156 de ancho y 48 de altura; y con una capacidad aproximadada para 50 mil espectadores.

El Coliseo fue una de las primeras atracciones que visitamos con mis papás, bueno, ellos se conformaron con verlo desde afuera porque alegaban que estaban cansados y se quedaron sentados cerca de la entrada al Foro Romano. Ni siquiera mis dotes de buen publicista, haciendo propaganda de que por ser domingo era gratis - cosa cierta - los lograron disuadir.

Su verdadero nombre es el Anfiteatro Flavio, porque su construcción fue ordenada por el emperador Vespasiano en un momento entre los años 70 y 72 DC; inaugurado por su hijo Tito en el año 80, aunque aún sin terminar; y finalizado por Domiciano, uno de los emperadores más crueles, en el año 82. Los tres conformaron la dinastía Flavia, de donde tomó su nombre original.

Incluso, otra construcción que sobrevive en estos días y que esta asociadada al Coliseo, el Arco de Tito, fue construido también por los Flavio. El arco conmemora la Toma de Jerusalén, en el año 72, después de cinco meses de asedio y realizada cuando Tito era comandante y que significó una nueva diáspora del pueblo judío. Hay una historia curiosa que descubrí en una pequeña plaquita conmemorativa cerca del arco: La lápida conmemora la salvación del monumento histórico, que fue ordenado ser destruido por un un alcalde romano en la década de los 30 para ampliar la calle porque a los cada vez más crecientes vehículos con motor se les dificultaba el viraje.



Su inauguración es una de las leyendas más populares de los romanos. Según el historiador Dión Casio, la inauguración de la obra se celebró con 100 días de juegos que incluyó peleas entre animales (Venationes), sacrificios de personas entre las garras y dientes de fieras (noxii) y las populares peleas entre gladiadores o Muneras. Casio cifra en 50 mil los animales (leones, toros, tigres, etc) los que fueron sacrificados en esos juegos, pagados mayormente por lo atesorado después de la Toma de Jerusalén. Se calcula que en los más de 350 años en los que fue utilizado el Coliseo para esta práctica, entre medio millón y un millón de personas hallaron la muerte en sus arenas.

Otra de las populares leyendas es que albergó las Naumaquias, las famosas peleas navales, y aunque Casio asegura que fue testigo de una de ellas en el año 89 dentro del Coliseo, parece improbable que se haya realizado una en su interior. Primero, por las medidas de su círculo interior o pista, que no permitirían maniobrar un barco de proporciones normales, y otra por las mismas características del Coliseo: dotado de una profunda y vasta red de sótanos conocidos como el Hipogeo, cubiertos sólo por una tarima de madera que rellenada con arena. A pesar de las numerosas pinturas que datan de esa época y que "atestiguan" batallas navales, posiblemente fueron representaciones más modestas o teatralizadas, con barcos sobre tierra simulando naufragios y lo único real eran gladiadores matándose unos a otros. Por cierto, la famosa frase pronunciada ante el emperador por los luchadores: Morituri te salutant (Los que van a morir te saludan), era pronunciada sólo durante las batallas navales y no por los gladiadores sobre tierra.

De lo que si hay certeza es de Naumaquias realizadas por Julio César, Augusto y Claudio, que construyeron piscinas y lagos artificiales aprovechando las aguas del río Tíber, logrando representaciones de batallas en las que se involucraban hasta 3 mil hombres y 30 navíos.




Hasta ahora ni hay certeza de quién fue el arquitecto que construyó el Coliseo, pero los emperadores Flavio tuvieron que encargárselo a uno de los más reconocidos del imperio, dada la importancia de la obra. Y aunque ahora, en tiempos modernos es fácil hacerse una imagen de un anfiteatro de ese tamaño (no es que caiga de profano, pero para darles una idea y porque creo que más o menos todos en el país lo conocen, pues el Coliseo es más o menos del mismo tamaño del Estadio Cuscatlán), yo si estaba asombrado de la maravilla que supuso su construcción y trate de imaginarlo con el lujo que debió lucir durantes sus mejores días. La leyenda dice que el Coliseo estaba enteramente tapizado de mármol, tanto en su exterior como en sus paredes interiores, pero de lo que estaba revestido era de una piedra calcárea de gran belleza pero de menos valor conocida como Travertino y que fue robada casi en su totalidad durante el paso de los años o utilizado en otras construcciones como el Palacio Barberini, sede actual de la Galería Italiana de Arte.

A mí lo que más me dio a pensar es la larga cadena de túneles o Hipigeo, una extensa red de prisiones y pasillos en las que miles de hombres pasaron sus últimas horas. Siempre me ha perseguido esa idea, la de tratar de saber que fue lo último que pensó o recordó alguien en sus últimas milésimas de vida.

El Coliseo entró en decadencia después de la caída de Roma y fue dañado durante los terremotos del año 801 y 847, en 1084 pasó a manos de la Iglesia Católica, que carecía de interés en conservar la mayoría de monumentos de la Roma Imperial bajo su mando. Ahora en día, la obra romana es un símbolo de los condenados a muerte y cada vez que en algún lugar del mundo se conmuta una pena capital, las luces del Coliseo permanecen encendidas durante 48 horas.

2 comentarios:

dalaset dijo...

luxury replica bags FNOU best replica bags online CKSBV cheap replica handbags DGRZ

Anónimo dijo...

replica bags supplier fake gucci x9j45c9t40 replica bags canada replica bags and watches see this website f4z42a9d45 replica bags 168 mall 9a replica bags navigate to these guys d7r87g6j67 replica bags wholesale india